Es el proceso de examinar y evaluar -crítica y neutralmente- la situación financiera de una empresa en un período de tiempo determinado, poniendo énfasis en verificar que su accionar corresponda a las NIIF, a las normas vigentes de presentación de informes, a las políticas establecidas por la dirección o junta de socios y a cualquier exigencia legal vigente o voluntariamente aceptada.
En esta instancia, se revisan y evalúan los estados financieros de la empresa, los sistemas de información, los procedimientos operativos y todo aquello que pueda influir en la fiabilidad de la contabilidad de la compañía, con el fin de detectar irregularidades o falencias y denunciarlas o corregirlas antes de que sus consecuencias negativas pasen a mayores.
Las auditorías son llevadas a cabo por un profesional competente -generalmente un contador especialista con conocimientos en normativa tributaria- que siempre rige su oficio por las Normas de Auditoría Generalmente Aceptadas, las cuales dan las directrices para que el análisis sea ético, objetivo y preciso.
Toda auditoría debe entregar un informe detallado de las irregularidades y falencias encontradas en el sistema contable de la entidad examinada, señalando el origen de las mismas y -de ser posible- algunas recomendaciones para subsanarlas. Las disconformidades comúnmente encontradas son:
- Incumplimiento de los estatutos de la empresa.
- Errores u omisiones en los procesos de registro contable.
- Incumplimiento de disposiciones legales y fiscales.
- Sistemas contables deficientes.